El Purín de Ortiga no es un abono, pero se le parece mucho.
Debemos tener en cuenta que el Nirógeno, uno de los elementos clave en el desarrollo vegetal, está presente de forma natural en la atmósfera (un 70% lo es). El quid de la cuestión está en la captación y fijación por parte de las plantas de este elemento.
La ortiga es especialmente rica en Vandamio y el Mobildeno.Por cuestiones químicas, estos dos elementos son imprescindibles para que las bacterias fijadoras del Nitrogeno tipo azotobacter puedan sobrevivir. Así, cuando liberamos estos elementos mediante el proceso de fermentación estamos provocando una fuente de alimento que es rápidamente aprovechada por estas bacterias, que se mutiplican sin parar hasta agotar existencias.
El resultado es que al final de la fermentación disponemos de un caldo muy rico en bacterias fijadores del Nitrógeno, y si lo aplicamos al suelo dinamizamos todos los procesos en que el Nitrogeno interviene, que son muchos, sin caer en el común error de sobrecargar los sustratos con este elemento, que es lo que da pié a la mayoría de las enfermedades que afectan a nuestros cultivos.
Esta característica del Purín de Ortigas también lo es de otras dos plantas que nos gustan mucho: la Consuelda (Simphytum officinale) y el Diente de León (Taraxacum officinale).
Por otra parte la presencia y actividad de estas bacterias fijadoras de Nitrógeno, hace que en los estadios medios de la elaboración del Extracto, éste pueda ser utilizado como abono, o al menos como complemento nitrogenado.
A partir de un momento en el proceso de fermentación la presencia de bacterias es tan alta que las reservas de Mobildenio y Vandamio se agotan y la cantidad de Nitrógeno presente en el caldo ya no aumenta más. Luego, conforme va pasando el tiempo el Nitrógeno desaparece, quedando, eso si, el poso de las bacterias que tanto nos interesan.
(Blog Ortiga Amiga)
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